Comyn nació en Tielt, Bélgica en 1957. Estudió en la Academia de San Lucas en Gante, Bélgica, y posteriormente en el Instituto Pedagógico para la Promoción, también en Gante con la intención de convertirse en un educador. Como resultado de la situación de venta de sus acuarelas en la primera exposición individual, que se inició en 1989 para cometer su tiempo exclusivamente a la producción de las acuarelas abstractas que literalmente venden tan rápido como pudo a la pintura. En 1992, su obra comenzó a ser reconocida en todo el mundo, con exposiciones en Suiza, Italia, Alemania, Venezuela, Colombia, Rusia y Estados Unidos. Ella fue elegida para el Premio Nacional del anuario de referencia de Bélgica, en Kunstenaars Galerijen (artistas y galerías) en 1997, después de haber sido elegido por los lectores como su laureado artista. Más recientemente, en junio de 1998 el director artístico del Ballet Real de Flandes encargado Christine para ejecutar una serie de pinturas inspiradas en el ballet. La combinación de los méritos del movimiento, la danza y representaciones artísticas, produjo un cuerpo tan alabado el trabajo que apareció en exposición en el nuevo teatro del Royal Ballet. Una producción especial ", buscando a través del cristal", fue coreografiado por la compañía de ballet y dedicada a los coleccionistas privados Christine Comyn en todo el mundo.
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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