Cv / bio
pinto con métodos viejos maestros de la pintura de aceite en un formato contemporáneo. Yo pinto figuras reconocibles y objetos influenciados por los sentimientos y la política de hoy.
Crecí en Kingston, Jamaica y estudió con el artista Sr. Barrington Watson. A la edad de 15 obras que tenía a la venta en galerías.
Después de un paréntesis de más de 20 años, comenzó de nuevo a la pintura. He estudiado con Bay Area artista Raymond Saunders, noruego Jan Saether artista, escultor y Santa Bárbara Bela Bacsi, entre otros. He vuelto a vender en galerías, ganando premios y trabajando en mi estudio.
Declaración del artista de mayo de 2003
Cuando era niño, aprendí a hablar con mis manos ... Mis padres eran sordos. Incluso entonces, comprendí que mis manos podrían ser utilizadas para expresar mis pensamientos y sentimientos y para interpretar el mundo a mi alrededor.
En cierto modo, mi pintura es simplemente una extensión lógica de que la experiencia de la primera infancia. Veo el mundo a través de los ojos de un artista. No es una fotografía de una persona o un lugar o un objeto. Por el contrario, lo que veo es filtrada a través del prisma de mis pensamientos, sentimientos y experiencias. A continuación, uso mis manos para expresar esa visión, ya sea en la realidad o la fantasía, en óleo sobre lienzo con técnicas de los viejos maestros.
Mi reto es captar la esencia de mi tema e invitar al espectador a mi pintura ... Se puede conectar con el misma visión que tenía ... o se puede crear uno propio.
Cuando empecé a trabajar en mi estudio presente, sentí una fuerte presencia de los artistas que habían trabajado allí antes que yo. Poco después, tuve un sueño de un búho descendiendo en un Scorpian con la esperanza de encontrar a su cena.
esculpidas que esta visión y se ha convertido en mi mantra de trabajo ... "Enfréntate a tus miedos con inteligencia" Espero que mi trabajo evoca sentimientos, inspira el pensamiento, crea un espacio hermoso ...
Pamela Larsson-Toscher
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Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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