Yo siempre empiezo un nuevo trabajo sin ningún tipo de diseños detallados.
Mi esperanza es que un pedazo de sí mismo compleate allá de mi imaginación.
A veces me dicen que los artistas son paralelos a los científicos.
Los científicos no tienen manera de saber el resultado de un experimento de antemano.
Lo mismo se puede dijo acerca de la creación artística.
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Yosuke Ueno
Yosuke Ueno viene de Japón, pero podría ser de otro planeta. Sus temas son muy cósmica y es también conocido como SpaceEgg77. Su paleta de colores es otro mundo y sus temas van desde Anne Frank mirando hacia abajo en la tierra de los cielos a los patos cósmica o las setas alucinógenas. Extraña, surrealista y sugerente, que evoca imágenes de otra galaxia, son palabras que vienen a la mente.
"Yo soy muy cuidadoso en una cosa importante cuando pinto. Se trata de una conciencia en el que yo no podía saber qué tipo de trabajo se produce, y espero que para desafiar lo que no podía manejar en mi mente. Un aventurero que hace a su manera, porque no sabía lo que hay, y un químico no capta la respuesta sin ningún tipo de experimentos. Todo el tiempo me atrevo a mi ejecución, me bajo el punto de que no se puede mirar por encima del destino y luego busco mi propia nueva manera hermosa. Yo siempre empiezo un nuevo trabajo sin ningún tipo de diseños detallados. Mi esperanza es que una pieza se completa más allá de mi imaginación. A veces digo que los artistas son paralelos a los científicos. Los científicos no tienen manera de saber el resultado de un experimento de antemano. Lo mismo puede decirse acerca de la creación artística. "
cita
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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